
Madrid, es una ciudad en la que viví por más de cinco años. Una ciudad que aprendí a conocer, disfrutar y a veces a sufrir. No es fácil la vida del extranjero. No es fácil intentar abrirse paso como artísta en otra cultura. Pero cuando se han pasado alegrías y penurias, desencantos y triunfos, risas y llantos en tierra ajena, es inevitable sentir que aquel lugar ya nos pertenece de alguna forma, en un lugar muy cerca del corazón.
Madrid me interesa tanto como mi urbe natal. Pienso que una ciudad es su gente. Y la gente, votantes o no, merece respeto; respeto a su inteligencia, a su capacidad de analizar e interpretar su entorno; respeto a decidir; respeto a protestar, denunciar y emitir opiniones respecto a sus gobernantes cuando éstos no cumplen a cabalidad sus funciones.
Madrid, que ha sido mi hogar durante esos cinco años, vive hoy unas controvertidas elecciones, después del escándalo desatado tras el debate de los candidatos del PSOE, Miguel Sebastían, y del PP, Alberto Ruíz Gallardón.
Con este panorama, Madrid deberá hoy elegir, entre un astuto alcalde-candidato víctima, que ha endeudado a la ciudad con su megalomanía urbanística (como el soterramiento de la M-30), y un candidato con propuestas sociales, de creación de ámbitos para la convivencia y el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos comunes, cuyo "más grave error" ha sido cuestionar al actual alcalde sobre sus relaciones profesionales con presuntos delincuentes.
Me gustaría pensar que Madrid, ésa ciudad que aún en la distancia siento cerca, será capaz de imaginar hoy un nuevo paradigma de gobierno, donde lo importante vuelva a ser su gente y no el trato preferencial a empresarios ávidos de terrenos edificables. Quiero creer que la influencia de la televisión, la manipulación de la información y el hartázgo, no harán mella en los electores honestos, que buscan un cambio real, pero que llevados por el desánimo, la confusión y la apatía que provocan las campañas sucias, podrían abstenerse u optar por el "más vale malo por conocido que bueno por conocer".
Vaya un abrazo a los madrileños que creen también que en Madrid es posible un cambio, a los que creen que Madrid está hecha de gente y no de hormigón y parquímetros.
Aquí un video para que juzguen ustedes mism@s este proceso: